Mi novio tiene algunas tendencias celosas. Estoy dispuesta a ir a terapia, renunciar a todo amigo varón y no hablar con ningún otro hombre mientras yo viva. Nací para ayudar a los demás (especialmente los que están privados de amor), para llevarlos al “amor en totalidad”. Quiero completarle y no quiero que tenga sentimientos incómodos hacia mí. Supongo que verá a partir de mis acciones que él es el único amor de mi vida. Haría cualquier cosa para complacerlo. 

Creo que has confundido el libro de instrucciones para el amor con el libro de instrucciones para los puzzles. El amor no se trata de suministrar la pieza que falta para crear la plenitud en la otra persona. El amor sólo funciona entre dos seres más o menos completos, e incluso así no es fácil.

Puede que a lo mejor también hayas leído demasiados cuentos de hadas. La eterna devoción de entrega que te imaginas no es un elixir mágico. Se evapora rápidamente bajo la presencia de platos y pañales sucios. Si no hay un equilibrio de poder -dos personas sintiendo que dan y reciben más o menos de la misma manera- todo el asunto de desmorona. Con el tiempo acabarás por cansarte de hacer tantos sacrificios y crecerá tu resentimiento, mientras Don Pleno se irritará bajo el peso de demasiada responsabilidad para con tu bienestar y acabará despreciándote.

La devoción no curará los celos. Sus celos existen independientemente de ti. No nacen de tu comportamiento sino de las dudas acerca de él mismo. Necesitas analizar con urgencia tus ideas sobre el amor.

No voy a mentir. Me ha dejado, como poco, preocupada este mensaje que me ha llegado esta mañana. No acostumbro a hacerlo, pero he decidido publicarlo por 3 razones:

  1. Que seáis conscientes del estado de muchas relaciones de pareja
  2. Que seáis conscientes lo atrofiado que está el concepto del Amor
  3. Buscar soluciones a ello