Dejar ir no siempre es fácil.
A veces dejamos ir sin ser conscientes de lo que tenemos. Otras veces nos aferramos porque sentimos que es la única cosa que podemos hacer. Y casi todos tenemos a una persona en la que pensamos cuando leemos esto. Llamemos a esa persona “la que se largó”.
Algunas personas experimentan esto una y otra vez. Algunos de nosotros tenemos la mala suerte de enamorarnos de más de una persona a lo largo de los años. Y digo mala suerte porque eso implica que se te rompa el corazón más de una vez.
No hay ninguna persona que haya estado enamorada que no haya experimentado el desamor. Ni una sola. Jamás.
Es cierto que el enamorarse podría ser el resultado de una suerte tonta. Pero tampoco es un accidente. Que hayas encontrado al amor de tu vida por accidente es una cosa, pero elegir amar a esa persona es una historia diferente. Tienes que abrirte a la posibilidad que la vida te presenta. Y una vez te enamoras, tienes que aceptar el hecho de que estás enamorado.
Hay personas que pasan por este proceso más de una vez, se enamoran demasiadas veces sólo para acabar experimentando otro nuevo desamor. Evidentemente no están aprendiendo de sus errores.
Pero, ¿cómo puedes aprender de una mala relación exactamente?
Bueno, empiezas por aceptar que has cometido un error. Elegiste a la persona equivocada, elegiste a alguien que no era para ti. Una vez aceptes eso y te desprendas de ello, puedes volver a analizar la situación, tu relación y tu vida como un todo.
Aquí hay algunas lecciones que probablemente aprenderás cuando finalmente dejas a la persona equivocada:
1. Hay cosas con las que puedes lidiar, y otras simplemente no fluirán
Puedes lidiar con cierto nivel de despreocupación. Puedes lidiar con cierto nivel de cercanía o independencia. Y lo más importante, has aprendido cómo quieres -y no esperas- ser tratado.
Si tu último novio era un gilipollas, ahora sabes que eso nunca fluirá entre vosotros. Si última novia era una arpía, ahora sabes que no puedes lidiar con alguien que no es una buena persona.
A veces nos dejamos llevar por nuestras emociones y ni siquiera nos damos cuenta cuándo alguien está haciéndonos daño intencionadamente. Pero ahora te has desprendido de todas esas cosas, ahora sabes que necesitas ser respetado.
2. Las relaciones son tremendamente importantes, pero tú también
La mayoría de parejas se enfrentan a uno de estos dos problemas: alguien es absorbido por la relación y pierde el control de su propia vida o alguien se vuelven ta independiente que la relación se convierte en una broma.
Si has estado en una situación como esta espero que entiendas ahora que las relaciones requieren equilibrio. No puede ser sólo tiempo “para nosotros” o tiempo “para mí”. Necesitas ambas para que una relación sea saludable.
La gente es independiente. Perderte a ti mism@ dañará la relación. Pero perder a tu pareja la matará. Para ser honestos es como andar en la cuerda floja. Pero como pasa con todo, vendrá con la práctica, y cada vez serás mejor y mejor.
3. No eres ni la persona perfecta ni la pareja perfecta
La persona de la que te alejaste no fue la única “persona equivocada”; tú tampoco fuiste la correcta para tu pareja.
Todos tenemos trabajo que hacer. Nadie es perfecto. Todos tenemos defectos. Todos cometemos errores. Decimos cosas que no queremos decir y no mostramos nuestro aprecio. Todos tenemos malos días, mal humor, malas rachas. Y eso está bien -siempre y cuando aceptes que no eres perfecto y planees trabajar para ser mejor.
Has aprendido que necesitas trabajar para ser un mejor individuo, un mejor amigo, una mejor pareja, y un mejor ser humano. La vida trata precisamente de eso. Esforzarse por ser mejor cada día. Y empezarás a esforzarte cuando te des cuenta de cuánto te queda por aprender.
4. Ahora que has estado enamorado una vez, nunca vas a dejar de buscarlo
Muchos de nosotros salimos de una relación echando pestes del amor. Nos prometemos que nunca más nos creeremos esa mentira. Pero esto es simplemente una reacción natural a una ruptura dura.
Sin embargo, acabarás aceptando -tarde o temprano- que no hay escapatoria al amor. Lo necesitas en tu vida. Así que lo más inteligente que podrías ir haciendo es ir pensando en cómo vas a crearlo.
Puedes decirte que nunca saldrás con nadie de nuevo, pero cambiarás de opinión. Acabarás aceptando que, aunque no es fácil, tener una relación amorosa en tu vida es la diferencia entre una vida que merece la pena vivir y una vida que necesita unos arreglos.
Puedes pretender no volver a amar de nuevo. Puedes incluso pretender que nunca te cansarás y que tomarás muy buenas decisiones, pero ambos sabemos que eso no es verdad. Inevitablemente buscarás el amor otra vez. Pero esta vez podemos saltarnos todas las borracheras y polvos de una noche, ¿no crees?
Yo como siempre te espero en la próxima. Un gran saludo y un abrazo, Andrea.
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Gracias!