Hay una razón por la que todo el mundo se pone más calentito cuando llega el calor
¿El simple hecho de llevar menos ropa hace que nuestra libido se dispare? Coge una silla, tómate un refresco, y atento a la explicación.
Según Ashwini Nadkarni, psiquiatra y profesor de la Escuela de Medicina de Harvard, la razón por la que nos ponemos más calientes en verano es por la luz solar que absorbemos. El sol nos hace felices, y cuando estamos felices, nuestros genitales también.
“Se ha demostrado que la luz del Sol está relacionada con la Serotonina, el neurotransmisor encargado de que experimentemos placer”, dice Nadkarni.
“Además, cuando hace calor usamos menos ropa, lo que facilita que pensamos -involutariamente- más en el sexo”, añade Nadkarni.
Otra sexóloga, Jessica O’Reilly, también cree que el verano es la estación del sexo. Dice que la gente suele ser más sociable en verano y hace más ejercicio, lo que les hace muy atractivos.
También dice que la caída en los niveles de melatonina que experimentamos al tomar el sol aumenta nuestra libido. Al parecer la melatonina puede bloquear las hormonas sexuales, y un nivel bajo de ésta nos facilita mucho el asunto. Es lógico: menos hormonas sexuales equivale a estar menos caliente.
Sin embargo, no olvidemos que los meses de verano son calurosos y pegajosos, y puede que no creas que es la mejor época para tener un cuerpo sudado restregándose encima tuya.
De hecho, un estudio publicado el año pasado revela que los bebés no suelen ser concebidos durante los días más calurosos del año. Los investigadores dicen que esto es porque el calor nos hace vagos, sin ganas de movernos ni de hacer absolutamente nada, especialmente si supone un esfuerzo físico, como el golpear las partes húmedas del cuerpo juntos.
Por otra parte, investigadores de la Universidad de Villanova revelaron que la mayoría de las búsquedas de Google relacionadas con el sexo eran en Junio, Julio, Diciembre y Enero. Esto demuestra claramente que estamos cachondos (por fin me atrevo a decirlo) todo el año, pero un poco más en la oscuridad del invierno, y en el calor del verano.
La ciencia ha hablado. Ya sabemos por qué los romances -y rollos- de verano son tan populares.
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