Otra de nuestras amigas me ha dado el permiso para compartir con vosotros su problema con los celos. Espero que su historia os ayude.
Me siento aliviada al saber que otras mujeres están luchando con el mismo problema que tengo yo: un novio celoso. Pero a la vez estoy confundida, triste y frustrada. Quiero a mi novio muchísimo y de hecho siento que estamos conectados a muchos niveles. Hablamos del futuro juntos y ya imaginamos cómo será nuestra boda. A pesar de la ternura y calidez que compartimos la relación se ve afectada por sus continuos ataques de celos. No quiero la atención de otros hombres. Me siento profundamente unida a mi novio. Sin embargo noto cómo se agita cada vez que saludo a otros hombres o hablo con ellos. Critica mi naturalidad y la forma en la que visto, aunque siempre vista de forma profesional.
Siempre cree que flirteo con ellos y menos mal que se da cuenta que tiene un problema con sus celos. Cualquier situación insignificante puede sacarlo de sus casillas y en un momento quizá estamos cenando tranquila y felizmente con amigos y al siguiente está pensando que alguno de ellos me interesa porque me reí más de sus gracias que de las de cualquier otro. ¿Qué puedo hacer para tratar con este problema?
Al menos en un primer momento, los celos pueden hacerte sentir bien. Hacer que te sientas atractiva y deseada. Pero como tú misma estás comprobando rápidamente se convierten en una prisión. Una potencialmente peligrosa en la que drásticamente se te restringe la libertad y se te pone bajo una nube constante de sospecha y ataques.
Los celos avivan el miedo a la pérdida y el rechazo. Te hacen creer que eres inferior al resto. En definitiva, es una muestra clara de que una persona se siente amenazada. Cualquier situación, por muy inocente que sea, puede ser una prueba clara de que los van a abandonar y es cuando sienten una profunda ira a lo que ellos ven como una traición.
Tu pareja lo ve como una muestra de amor hacia ti. Pero el miedo al abandono pone en marcha unas respuestas primitivas en él que le hacen entrar en pánico emocional. No es tu naturalidad o forma de vestir lo que ponen en marcha esas respuestas. Es su deseo de control y posesión lo que le hace actuar de esa manera irracional.
Sin caer en el frenesí emocional en el que él mismo está, intenta hablar con él de manera tranquila y con calma. No lo hagas en pleno episodio celoso, evita discutir y no te pongas a la defensiva. Puedes decirle a tu novio que sabes que hay algunas cosas que haces que le molestan. Y no te gusta molestarlo más de lo que a él le gusta estar molesto. Pregúntale qué comportamiento es el que más le molesta.
¿Hablar con otros hombres? ¿No saber qué haces en el trabajo? Dile que por ahora lo enfoque en un solo comportamiento. Dile de una forma cariñosa y cercana cómo te hacen sentir sus reacciones. Cómo te asustan. Y cómo te impiden conseguir hacer tu trabajo o tu día de una manera normal.
Después de esto, conjuntamente -la clave es esa, conjuntamente- crear una serie de reglas con la que ambos podéis vivir a gusto, unas reglas acerca de tu comportamiento en cada situación “problemática” que os satisfaga a ambos. Sé creativa -dijiste que es una relación que quieres salvar. Si él siente que tiene algo de control sobre la situación puedes evitar que el volcán erupcione la próxima vez.
No vas a resolver el problema en 1 conversación, ni en 10. Tendrás que revisar esta cuestión a menudo y mantener en movimiento esas “fronteras” hasta que se adapte al comportamiento normal por tu parte. Y no será fácil. Pero aprenderás un mensaje importante: el amor no resuelve automáticamente todos los problemas de la vida, aunque con el tiempo y en tu caso, con una gran dosis de paciencia y comprensión por tu parte, poco a poco todo se irá solucionando. Si él merece la pena, entonces merece la pena que des el primer paso para el camino hacia el cambio.