“Ser feliz no significa que todo sea perfecto, significa que has decidido mirar más allá de las imperfecciones”
Todos vamos en búsqueda de ser nuestra mejor versión, de ser felices, tener una casa perfecta, un trabajo perfecto y una familia y vida perfecta.
Esto a veces lo vemos como algo inalcanzable, y empezamos a tomar direcciones equivocadas. Cuanto más rápido corremos para avanzar en nuestro camino, el objetivo se vuelve más difícil de alcanzar.
¿Estamos fracasando en nuestra búsqueda de la vida perfecta? ¿Y acaso esa vida perfecta nos hará felices?
Estoy empezando a pensar que nuestra búsqueda del éxito y felicidad es, de hecho, la principal razón por la que somos infelices.
Nos marcamos expectativas altísimas: tener éxito en nuestro trabajo, en nuestra pareja, familia, amigos. Y a esto le sumamos todos los ideales que nos transmite la sociedad a diario en términos de peso, apariencia, salud.
Y cuando miramos alrededor y vemos a toda esa gente que parece que sí que está consiguiendo todo eso nos sentimos fatal, como si estuviésemos quedándonos cortos en nuestros esfuerzos. Como si todo lo que hiciéramos no sirviera para nada.
Déjame que te recuerde que lo que ves en las redes sociales es solamente el lado bueno. No es la imagen completa, por lo que es poco realista esperar que tu también conseguirás eso. Al contrario, te estás preparando para fracasar.
Lo que es la felicidad para ti sólo puedes definirlo tú. Deja de hacer lo que otros dicen que debes hacer para ser feliz y haz sencillamente lo que te haga feliz.
Aprenderás mucho sobre ti y sobre los demás. Sobre cómo la gente es feliz con su vida imperfecta pero auténtica. Aprenderás que:
- Las cosas no siempre salen como las planeas
- Tu lista de tareas nunca estará completa
- Estás haciendo lo mejor que puedes con lo que tienes, y eso ya es tan perfecto como podría ser
- Nadie tiene una vida perfecta (a pesar de lo que puede parecer en Facebook o Instagram)
- La felicidad no es un destino al que llegar. La felicidad está en cualquier momento, situación o lugar.
Buscar una vida perfecta es lo que nos impide ser felices.
Planeamos un fin de semana y luego nos cabreamos porque llueve y ha fastidiado nuestros planes. Esta manera de ver las cosas nos impide disfrutar del hecho de que es fin de semana y podemos pasar tiempo con la gente a la que amamos haciendo cosas con las que disfrutamos (incluso si llueve).
Queremos que nuestra lista de tareas esté completa y eso es absolutamente imposible. A medida que vayas superando tareas, otras aparecerán en la lista.
Nunca tendrás suficiente dinero ahorrado, por lo que tendrás que trabajar más para conseguirlo. ¿Y sabes qué? que cuando llegues ahí y consigas todo ese dinero que creías que necesitabas, te darás cuenta que eso no es suficiente y quieres más.
Buscamos una pareja sin defectos, cuando ser humano significa precisamente tener unos cuantos.
Esperamos que las cosas salgan como nos gustaría, pero la vida no es así. Esta llena de altibajos y sorpresas. Incluso a las personas más felices también le llegan malos tiempos.
Buscamos el trabajo perfecto, uno en el que disfrutemos todos los días. Pero en el trabajo también hay altibajos. Incluso los actores y deportistas de élite, que son ricos y famosos y se ganan la vida con su pasión, también se quejan de los horarios, el poco tiempo para su pareja y familia, la presión de la fama y los medios de comunicación.
Cada cosa buena tiene su lado menos bueno, y al contrario también. Porque la verdadera perfección es siempre imperfecta.
Nuestra ansia por lograr la perfección es lo que nos hace tomar la decisión equivocada. Llegamos a una bifurcación en el camino y queremos asegurarnos de que vamos a tomar la decisión correcta, pero ¿cómo vamos a saber el final del camino si estamos sólo al principio?
Nunca lo sabrás. Tomes la decisión que tomes siempre ganarás y perderás algo. No existen decisiones equivocadas o correctas y mucho menos un resultado perfecto.
Cuando nos obsesionamos por perseguir la felicidad y la perfección lo que estamos haciendo es alejarnos de ellas. La felicidad está disponible siempre, en todos esos momentos imperfectos esparcidos a lo largo de nuestra vida cotidiana.
La felicidad consiste en amar lo que tenemos en lugar de perseguir las cosas que creemos que queremos. Si podemos concentrarnos en lo grandioso de cada momento imperfecto habremos encontrado la verdadera felicidad.